Yo quiero...

QUE CONSTRUYAMOS OTRO OSORNO 
(Mis propuestas, con humildad pero con decisión y confianza)
UN OSORNO SUSTENTABLE, PERO DE VERDAD
  • Osorno y el territorio merecen una declaración de sustentabilidad, pero que ella vaya más allá del márketing medioambiental; más allá de la leña que ahora se compra seca para las escuelas de la ciudad. Una declaración que establezca lineamientos claros, programas y acciones concretas: desde la alimentación de todos como un derecho, a la producción de alimentos sanos como un deber; desde la comprensión y apoyo del deporte como medio para la vida sana hasta la educación pública para la sustentabilidad. Osorno debe prepararse para un futuro complejo. Una declaración que comprometa al empresario a asumir su responsabilidad social más allá de los regalos de festivales que hablan de Leche y Carne, sino en el cuidado y protección del medioambiente, la implementación de energías renovables y la generación de condiciones para la vida digna de quienes requieren apoyo.
DESARROLLO CULTURAL COMO AGENTE DE DESARROLLO LOCAL

  • Asumiendo, reconociendo y poniendo en valor nuestra identidad osornina es posible desarrollar una cultura que apele al desarrollo sustentable con el individuo en el centro. Estamos convencidos que una de las piedras angulares de un proceso de desarrollo local es el fortalecimiento de la identidad y cultura local y por ello, junto a un plan estratégico real y efectivo con actores sociales, artistas y vinculación pública-privada, lo se propone es un territorio que entienda la cultura y el desarrollo cultural como calidad de vida y por ende inclusiva y no exclusiva para quienes poseen el don de expresarse a través de alguna disciplina artística. ¿Cómo? Generando planes culturales en poblaciones, barrios, villas y la ruralidad, utilizando y entregándoles funcionalidad a las sedes sociales y plazas vecinales; empoderando gestores culturales populares, promoviendo esa capacidad de ser sujetos culturales, únicos e irrepetibles, opinantes y reflexivos.
POLÍTICA MUNICIPAL CENTRADA EN EL DESARROLLO DE LAS CAPACIDADES DE LAS PERSONAS
  • Osorno es un territorio productor de alimentos y ello es una oportunidad. Un Concejo Municipal activo no puede quedar ajeno a la promoción de un desarrollo económico local basado en la agricultura campesina, sus espacios de encuentro y comercialización, su cultura, identidad, historia y hasta sus hitos paleontológicos como el de Pilauco. La visión de territorio provincial permite proyectar un desarrollo económico local armónico, potenciando –a través de programas integrados y acciones participativas sectores como Rahue y su conexión con San Juan de La Costa; o desde el punto de vista turístico el sector Chuyaca con el ingreso a la ciudad desde la Ruta 5. Pero el desarrollo económico local, así como las obras que buscan promoverlo,  debe ir encadenado con el desarrollo humano, con políticas municipales centradas en la persona, en sus capacidades, derechos y libertades.
    Si bien el Estado tiene anclado en su accionar el desarrollo de programas ligados a necesidades y condiciones etáreas, es necesario aterrizar, fortalecer y localizar el trabajo en la realidad local a través de una Política Municipal de las Capacidades de las Personas, entendiendo ello como un paso hacia una Dirección de Desarrollo Económico Local que aglutine esa apuesta por la gente y sus capacidades, las que sin duda abundan.
DESARROLLO URBANO DE OSORNO DESDE LA PARTICIPACIÓN REAL Y EFECTIVA
  • La contingencia en materia de transporte colectivo da cuenta, en parte, de nuestro desarrollo urbano local. La segregación socioeconómica y falta de planificación sufrida por Osorno en Dictadura y también desde los 90 genera que hoy media ciudad que vive hacia el Oeste, sobre todo de Rahue, quede atrapada cada mañana al otro lado del puente San Pedro. Está claro que el desarrollo urbano está cruzado por varios instrumentos técnicos de planificación, pero también es cierto y primordial que ellos deben ser socializados con la comunidad más allá de lo que pide como cumplimiento la ley.
    Porque en eso precisamente se contradice con la Partipación Real y Efectiva: en el Cumpli-miento, por ejemplo, en torno a la socialización del nuevo plano regulador de la ciudad. Cumplo con lo que se pide, pero miento en que realmente fui efectivo e informé como corresponde algo que debe ser informado. Y en materia local, ¿existe hoy una política municipal de vivienda que aborde integralmente el tema de la segregación socioeconómica al momento de construir viviendas sociales, la falta de paños de terreno para construir, la problemática de los campamentos que sigue creciendo, la generación de servicios eficaces más cerca de la gente, o el necesario cruzamiento con la oferta de la Política Nacional de Vivienda?
¿Hay a nivel local alguna iniciativa que ponga en valor nuestro casco histórico, el Edificio de 90 años ubicado en Portales con calle Ramírez, las fachadas de Rahue como elemento patrimonial, turístico, paisajístico? ¿Y qué pasó con el arreglo de un eje estructural como lo es avenida República? ¿Sigue en proyecto y luego en discusión cruzada para nuevamente morir en el intento?

NUEVA RELACIÓN ENTRE EL MUNICIPIO Y LA CIUDADANÍA DESDE LOS DIAGNÓSTICOS BARRIALES
 
  • Lógicamente, en estos apuntes de trabajo la Participación Ciudadana es la base de todo planteamiento en torno a la sustentabilidad del territorio, su cultura, identidad, desarrollo económico local o el desarrollo urbano que queremos.

    La Ley 20.500 lanzada en agosto del año pasado busca marcar en inicio de una nueva relación entre la institucionalidad y la ciudadanía, reconociendo el derecho de las personas de participar en la elaboración de políticas, planes, programas y acciones junto a la formación de un Consejo de la Sociedad Civil para cada comuna.

    Y en eso Osorno tiene un desafío y los concejales un deber. La urgente necesidad de realizar diagnósticos participativos en cada barrio, en cada población, más allá de las necesidades básicas a cubrir por un Municipio como la pavimentación de una calle o el mejoramiento de un Cesfam o una escuela, obliga a contar con dirigentes sociales y vecinales empoderados y conscientes de sus capacidades para encabezar propuestas que luego no mueran sobre la mesa del Concejo. Se trata del fortalecimiento del tejido social y una nueva relación entre el dirigente y la instancia municipal, que no sólo trasmita peticiones sino que se convierta en parte de la ejecución de la demanda. El Presupuesto Participativo que ahora viene mandatado es una oportunidad de iniciar este proceso y no sólo para materializar alguna obra o acción; también para recoger inquietudes colectivas y ejercitar la participación más allá del eslogan de campaña.


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